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5 factores para estimular la innovación.

Para mantener un proceso de innovación saludable y productivo es importante articular elementos que van desde lo estratégico hasta lo instrumental, atendiendo a su vez el desarrollo de compromisos, competencias y conductas en todos los stakeholders implicados. En este post compartimos contigo 5 de estos elementos.
Cultivar Innovación

Para “cultivar la innovación” es necesario:

  1. Establecer compromiso y confianza: La innovación debe ser un compromiso institucional, es necesario establecer políticas, pautas, facilitar espacios y dedicar recursos para que las personas puedan hacer aplicar su energía y esfuerzo creativo / transformador, con la confianza de que esos esfuerzos tendrán cabida en la agenda de desarrollo de la organización.
  1. Definir foco y explicitarlo: El serendipity y los momentos eureka existen, desde luego, pero podemos y debemos hacer algo más. Es necesario, tomarse un tiempo para identificar dónde podemos / debemos innovar. Para ello es importante explicitar los focos estratégicos de acción, no con ánimos de poner “límites” a la innovación, pero si con la intención de asegurar que inyectamos energías/recursos en sitios de interés estratégico para el negocio.
  1. Generar capacidades y conocimiento: Pensar en innovar sin tener competencias, capacidades y conocimiento, es como soñar desde el sofá con ganar una maratón. Es por ello que es necesario fortalecer tanto las competencias propias para estimular la innovación (creatividad, emprendimiento, gestión de riesgos, metodologías de diseño o de gestión, etc.), cómo las específicas a nuestro dominio de conocimiento (aquellas competencias de base vinculadas a los focos donde queremos innovar).
  1. Establecer procesos, pautas y canales para identificar, evaluar y llevar adelante iniciativas innovadoras: No se trata sólo de abrir las puertas a las ideas, se trata de: a.) estimular la participación compartiendo los retos de la organización con todas las personas para que estas puedan formular propuestas (nos podemos llevar sorpresas), b.) definir una sistemática para valorar esas propuestas realizando ejercicios educados y con compromisos de decisión, c.) asumir riesgos (controlados eso sí) y dedicar recursos a la experimentación, d.) monitorizar impactos, proveer feed-back a los implicados y generar acciones de reotralimentación (si algo falló reorientar, si algo dio buen resultado escalar), e.) reconocer que la experimientación tiene una dinámica distinta al trabajo de producción, por tanto hay que crear un espacio seguro (p.e. sandbox) con sus propias reglas y mecanismos de trabajo o control para dicha experimentación fluya adecuadamente.
  1. Desarrollar/participar en redes de valor: Las inspiraciones, los retos, las soluciones, pueden ganar mucho si ampliamos nuestra capacidad de observación. Es conveniente, incluso necesario,  estar atento a las cosas que ocurren a nuestro alrededor y buscar la forma de conectarnos y de relacionarnos productivamente en foros que nos permitan intercambiar experiencias, retos, tecnologías y cualquier contenido que puedan ayudar a generar o co-generar innovaciones. Pensemos que en algún lugar del mundo puede haber un grupo de investigación que está desarrollando una tecnología que podemos aprovechar, que hay un colaborador o proveedor que podemos invitar para analizar un determinado reto, o un competidor del sector que comparte una misma necesidad y que con un esfuerzo compartido podemos generar una solución beneficiosa para ambos.

La innovación es emoción, pero también es método y acción.